dile a la chica de la media melena amarilla
que te gusta el reflejo que hacen sus ojos
cada vez que se pone su jersey de cuadros,
planta un árbol, quita el polvo a tus libros,
pide hora para una nueva revisión médica,
repasa el pasaje de Tácito donde Calgaco
arenga a los caledonios contra los romanos
y escribe, sobre todo escribe
lo que quizá puedas escribir por última vez
causando tan solo silencio o indiferencia,
ataca a esta España racista que persigue
a las cebras azules y a los cisnes rojos,
di lo que hace ese estado, denuncia que
España nació contra el moro y el judío,
fletó barcos bajo la cruz de la codicia
y destruyó al indio de cien cabezas,
España robó tierras y borró mentes,
prohibió libros, quemó los códices
y pagó la plata con pólvora y viruela,
España embruteció, extendió los piojos
de la culpa, propagó un dios demente
que teme a las mujeres y a los cuerpos,
escríbelo, ¡ya estás tardando en escribirlo!,
y saca pecho, que vean que no tienes miedo,
recuerda que has venido a Madrid a destruirte
y que la cárcel no es nada para un poeta,
¡la cárcel en España siempre fue un hogar,
otra fragua de palabras para el poeta!,
y vete por fin a ver un partido del Rayo,
riega los geranios, paga tus deudas,
termina de una vez La montaña mágica,
llena de comida y agua el bol de tus gatos,
camina por el medio de la calle sin paraguas
y disfruta hasta empaparte de lluvia,
antes de que el fascismo vuelva a España.